que se pudre en mis pulmones,
con este aire denso,
corrompido,
agusanado en un claustro de roble
bajo tu corona de ecos.
que maúllan, lastimeras,
mutiladas por los jadeos
de acrobacias pretéritas
en trincheras sepultadas.
fantasmagonías,
atribuladas por tanto embutirles
espesas culpas en las venas.
en el campo solitario de mi dicha,
con sus esquirlas que se clavan
bajo mis uñas,
con sus capullos que saltan
y se me adhieren al rostro
como medusas aéreas.
Qué hago con esta castrante letanía
de tu recuerdo en mi páncreas,
dime,
qué puedo hacer contigo,
harpía boomerang,
si cada vez que te escupo
te me clavas en la nuca.
de tu recuerdo en mi páncreas,
dime,
qué puedo hacer contigo,
harpía boomerang,
si cada vez que te escupo
te me clavas en la nuca.
a ver si ya pones algo nuevo, cabrón. luego te linkeo desde el blog del Pávido Návido.
ResponderBorrarSaludos
El P.N.
Si ya escribe algo nuevo, ya va a ser un mes que no pones nada. Un abrazo, Isis
ResponderBorrarhola! jajaja que puedo decir? simplemente que me gusto... mucho!! jejeje saludos y un beso. Gaby
ResponderBorrarAi ta, ai ta, ai ta...
ResponderBorrarMuchas gracias, Gaby, con eso basta. Y vaya un beso de retache.
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