16 de junio de 2007

Harpía boomerang

Qué hago con esta soledad violada
que se pudre en mis pulmones,
con este aire denso,
corrompido,
agusanado en un claustro de roble
bajo tu corona de ecos.
Qué hago con estas horas
que maúllan, lastimeras,
mutiladas por los jadeos
de acrobacias pretéritas
en trincheras sepultadas.
Qué hago con tus prolongadas
fantasmagonías,
atribuladas por tanto embutirles
espesas culpas en las venas.
Qué hago con las minas que plantaste
en el campo solitario de mi dicha,
con sus esquirlas que se clavan
bajo mis uñas,
con sus capullos que saltan
y se me adhieren al rostro
como medusas aéreas.
Qué hago con esta castrante letanía
de tu recuerdo en mi páncreas,
dime,
qué puedo hacer contigo,
harpía boomerang,
si cada vez que te escupo
te me clavas en la nuca.

13 de junio de 2007

Propuesta marítima

Tienes todos los vientos
para planear mi presencia
de cambiante rostro tornasolado;
fugaz, expedita,
veloz como cualquier onda hertziana.
Ahora escucha:
Te ofrezco todas las mareas
para pernoctar en mi presencia,
renovándonos perpetuamente
en las crestas del caldo primigenio,
aroma cempasúchil,
que al romper son fiesta policromática.
Espumosa sirena seductora,
cada noche subirá el nivel de tus espasmos
en mis transpirantes litorales,
permanecerás en la acrobacia constante,
gozarás la inercia felpa,
la fibrosa suavidad estética
improvisada en el vaivén del sargazo.

–Liberación–

Oculta explosivos
bajo su vestido
el hada enclaustrada.

¡A pelear con sus entrañas!



La única guerra que me parece justificable es la que el hombre libra en el territorio delimitado por su propia piel.